Con el cuerpecito que se le queda a uno después de haberme acostado a las 4 de la madrugá y con apenas 4 horillas de sueño por la cena final de curso de mi centro de los anteriores 4 años, afronto el claustro final armado con mi nuevo cuaderno, de formato alargado, del Tiger y 2 rotuladores dando bocaná, para poder dibujar y vencer de esa forma el sueño, el cansancio y la resaca. He aquí el resultado.
Yo, hoy, en las mismas. Pero sin cuadernillo ni rotulador. Sin ese talento. Saludos
ResponderEliminarGracias, Jose Luís. Saludos
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