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jueves, 28 de abril de 2016

Mirada

Boli, 2016

Moreno Galván y Meneses

Boli, 2016.
Interpreto con este dibujo una hermosa foto de Pepe Lamarca, el fotógrafo de Camarón, que muestra a mis admirados Francisco Moreno Galván y José Meneses en 1976.

miércoles, 27 de abril de 2016

La piel quemada

Rotulador, 2016.
Anoche vi La piel quemada, película española del 67 protagonizada por Antonio Iranzo, y me encantó cómo trataba el tema de la emigración  andaluza a Cataluña en aquella época. Quizás porque mis padres fueron emigrantes en la Valencia de los primeros 50 y porque varios de sus hermanos emigraron años más tarde a Cataluña con la esperanza de un futuro mejor y un futuro regreso que en la mayoría de los casos no se producía, es un tema que me toca de lleno y que alguna que otra vez he tocado en mis Dibujos. Es aquella España de maletas de maderas, lentos trenes de carbón, de gentes cansadas de ser explotadas, de miserias y esperanzas, de contrastes entre el turismo que comienza y los trabajadores al sol, la que refleja magistralmente esta película de negros y grises, igual que refleja la época en que me tocó vivir mi primera infancia y que la película te evoca con detalles: las ropas de los niños, los humildes muebles de las casasy los bares de la Mirinda y los letreros redondos de refrescos en sus puertas.

lunes, 25 de abril de 2016

2 Aguadas gaditanas


Aguada sobre papel, 2016.
2 de los Dibujos que pude hacer el pasado sábado en el 51 Sketchcrawl, celebrado en Cádiz, éstos de la Plaza de San Antonio.

domingo, 24 de abril de 2016

El largo

Aguada de Parker, 2016.
Apunte del natural del largo, coleguilla barbateño de mi amigo Jesús, mientras tomaba una cervecilla en la barra del bar Los Monjes, frente a la casa de Iberoamérica.

domingo, 17 de abril de 2016

En el Atxuri

Boli, 2016.
Apunte del natural de esta tarde en Cádiz, mientras tomábamos café en un bar frente al Restaurante Atxuri, de cocina vasco andaluza.

jueves, 7 de abril de 2016

Vendedor de mostachones

Boli, 2016.
Así lo recuerdo. Se montaba en la estación de Utrera y no se bajaba hasta Jerez o Cádiz donde volvía a coger un tren de regreso, pregonando su mercancía con la misma cantinela de diario. Quizás hayan pasado más de 20 años que dejé de ver la silueta recia y agitanada de este peculiar vendedor de gesto severo y mirada oriental pero hoy la memoria, caprichosa y casual, me ha devuelto su imagen y he decidido plasmarla. Ahí va.

Vendedor de pollos

Rotulador, 2016