Boli, 2019
Una vez al mes suelo volver a mi pueblo, Écija, para ver a mi madre y pasar unas veces un buen y contado rato y otras, las menos, dormir en el pueblo y poder compartir con ella más momentos. Este primero de Mayo volví a mi pueblo para verla, aprovechando la festividad, ya que mayo está cargado de eventos que me impedirán ir al pueblo. De delicada y frágil memoria, hay que tener paciencia con ella ante el aluvión de repetidas preguntas que te pueden caer en un momento, en cambio la memoria de toda una vida, de su pasado más viejo permanece intacta y te proporciona la emoción de una vida en sus palabras y en sus gestos. Espero seguir disfrutándola mucho más tiempo.
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