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domingo, 1 de junio de 2025

Momentos:Montando plaza de toros( De piropos y enanitos)


 
Rotulador sobre papel, 2025

En agosto del 89 me encontré a mi amigo el Gorra en el bar del Sordo y me preguntó que si le quería acompañar a Fernan -Nuñez, donde tenía que trabajar, montando una plaza de toros portatil. Subimos los 2 en su mobilette y nos fuimos a Santaella, donde nos esperaba el Arriero con su 124. El Arriero, vieja leyenda de la novillería ecijana, conducía de forma temeraria, como su toreo, y como viera alguna mujer de buen ver en alguna travesía, sacaba medio cuerpo del coche para piropearla de forma exagerada.En más de un piropo de esos, estuvimos a punto de matarnos, y mientras el Gorra exclamaba ¡ Ojú que hembra!,  yo, con los cojones por corbata, exclamaba,¡ Ojú, que susto más grande!

Ya en Fernan-Nuñez, ayudamos a acabar de montar la Plaza y después nos fuimos a comer con los miembros del espectáculo taurino que actuaban esa tarde: Los enanitos toreros, un animoso gran grupo de pequeño formato que no paraban de gastarse bromas entre elllos. Pero había uno, ajeno a todos, que no dejaba de leer un grueso libro que resultó ser " En busca del tiempo perdido" de Proust, y en una de las bromas lo cogieron entre varios y lo subieron a una alta pila de sillas de donde resultaba muy dificil bajar sin ayuda. ¡ Bajarme de aquí, cabrones! decía mientras sus compañeros se descojonaban abajo. Quise ayudarlo pero no me dejaron, pero al menos, le dí su libro de Proust y ya todo pareció darle igual. Siguió su lectura indiferente a las risas.

 Después, estuve sentado a su lado durante la comida, hablando con él de lo divino y de lo humano, y de Literatura, pues me recomendó uno de sus libros favoritos, El libro del desasosiego de Pessoa, que una semana después adquirí en una librería de Granada y hoy sigue siendo uno de mis libros de cabecera. 

 

 

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