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viernes, 9 de mayo de 2025

Ejecutivo clerical


 Aguada sobre papel, 2025

 Tiene el Vaticano un anacrónico y llamativo tráfico de criaturas monjiles, clericales, acardenadas y asotanadas, pululando y mezclándose entre el intenso turisteo reinante en el interior y los alrededores del pequeño país. Los hay de todas las razas y edades, los ve en animada conversación con algún turista e incluso con algún vendedor de baterías y palos de selfies, los ve cargando con la compra y a otros, cual yupies ejecutivos, en dinámica postura de viandante con prisa, con alzacuello, chaqueta y maletín, mientras miran su reloj, puede que  camino de una importante reunión en la Banca Ambrosiana. Los ve en grupo, riéndose como una pandilla de adolescentes, los ve en pareja, embarcados en su rutina y los ve solitarios, con una expresión de cansada y pesada felicidad. Los ve de muchas formas, alturas y colores pero todos, entre sus ropajes de grises y negros, llevan marcados en sus rasgos, la marca de fábrica, esa cara de cura o de monja, que no sabe uno si se hace o se nace  con ella, pero que no deja de ser un misterio de tan alto calibre como el de la santísima trinidad. 

Nota: Escribí este texto en Abril de 2018, durante un viaje a Roma, mi segundo tras el de 2000, en viaje de estudio con mis alumnos de cuarto de Medina Sidonia . Fue publicado, junto a otros textos sobre Roma y mis apuntes y bocetos romanos en la revista el Barrio del Ies San Juan de Dios de Medina.

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